Los líderes de la industria en Victoria dicen que las regulaciones relativas al cáñamo deberían flexibilizarse para que el sector alcance su máximo potencial en el estado australiano.
El Comité de Economía e Infraestructura del Consejo Legislativo del estado está estudiando ahora el potencial de la industria del cáñamo como parte de una investigación parlamentaria. Se espera que el comité emita un informe final y recomendaciones al parlamento este mes.
Es necesario que sucedan varias cosas antes de que una industria del cáñamo en toda regla pueda ponerse en marcha en Victoria, han dicho las partes interesadas. En primer lugar, se debería legalizar la extracción de flores de cáñamo para la producción de cannabinoides como el CBD, así como de lignanos, pectinas, bioflavonoides y antocianinas.
Revisión crítica
Los defensores del cáñamo dicen que también se necesita una revisión de las regulaciones demasiado estrictas y los costosos requisitos de monitoreo, así como de políticas que prioricen la seguridad, la calidad y la sostenibilidad. En la industria de la construcción, se necesitan específicamente regulaciones y estándares de construcción que cumplan con las expectativas de los consumidores y los requisitos de seguros.
Fiona Patten, líder del Partido Reason y exdiputada, dijo recientemente al comité que Victoria debería seguir el ejemplo de Tasmania, que continúa desarrollando un conjunto de leyes sobre el cáñamo.
«La reforma regulatoria no le cuesta dinero al gobierno», dijo Patten. “Queensland y Victoria son los dos únicos estados que tratan el cultivo de cáñamo como una droga. Todos los demás estados tienen su propia Ley de Cáñamo independiente y la consideran un cultivo agrícola industrial”.
Espacio para crecer
La industria del cáñamo de Victoria es minúscula ahora, con sólo seis agricultores que cultivan menos de 200 hectáreas. Pero los defensores dicen que plantar 5.000 hectáreas de cáñamo industrial por año podría resultar en la producción de 50.000 toneladas de caña y fibra de cáñamo para materiales de construcción naturales, ya que los materiales convencionales han escaseado, lo que ha hecho subir los precios.
Los defensores dicen que una vez que el gobierno refuerce el marco legal para el cáñamo industrial, habrá crecimiento económico, oportunidades de empleo e innovación.
Beneficios ambientales
Las partes interesadas han dicho que una fuerte industria del cáñamo podría compensar cierta holgura económica después de que el gobierno anunciara en mayo que cerrará la tala nativa a fines de 2023, lo que resultaría en un impacto para la economía del estado estimado en 110 millones de dólares australianos (73 millones de dólares estadounidenses; 68 millones de euros). Al cerrar el sector maderero nativo, el gobierno dijo que ya no es económicamente viable y citó preocupaciones sobre la deforestación y la pérdida de biodiversidad.
El gobierno federal ha dicho que el cáñamo industrial tiene el potencial de ser una herramienta valiosa en la lucha contra el cambio climático en toda Australia, donde la agricultura contribuye aproximadamente con el 13% de las emisiones de CO2. Australia se ha fijado el objetivo de reducir las emisiones totales entre un 26% y un 28% por debajo de los niveles de 2005 para 2030 en virtud del Acuerdo de París sobre el cambio climático.