Hong Kong ha prohibido el CBD, adoptando un duro castigo penal alineado con la política de tolerancia cero de China que condujo a una prohibición en el continente el año pasado.
La nueva política, aprobada en octubre pasado y que entró en vigor el 1 de febrero, clasifica al CBD como una “droga peligrosa”, una designación que lo pone al mismo nivel que la heroína, la cocaína y la metanfetamina. Según la nueva ley, la posesión y el consumo de CBD se castigan con siete años de prisión y una multa de un máximo de 1 millón de dólares de Hong Kong (127 607 USD). Fabricar, importar o exportar CBD puede significar una cadena perpetua.
El gobierno advirtió a los viajeros que no intenten comprar productos de CBD en Hong Kong ni los traigan bajo amenaza de sanción.
Por el camino de China
El año pasado, China prohibió de manera similar el uso de CBD en productos cosméticos, una medida que, según los analistas, se basa en iniciativas educativas «antidrogas» revividas que consideran que la popularización de productos de belleza basados en cannabis choca con las políticas gubernamentales dirigidas a la juventud china.
Se prohibió el uso de flores de cáñamo, aceite de semillas y extractos en cosméticos, que anteriormente habían sido los únicos productos que contenían CBD legales para vender a los consumidores chinos.
Las autoridades chinas dijeron que las pruebas confiables de THC para garantizar que los productos estén por debajo del límite nacional del 0,3% no están ampliamente disponibles, y que el CBD puede reemplazarse fácilmente por otros ingredientes cosméticos ya conocidos por los consumidores, lo que justifica la prohibición.
Las autoridades de Hong Kong, citando preocupaciones de seguridad, dicen que temen que el CBD se convierta en delta-8 THC, una forma sintética del elemento psicoactivo del cannabis, similar pero más suave que el delta-9 THC más común derivado de las plantas de marihuana. Delta-8 THC ha sido culpado de al menos una muerte en los Estados Unidos, y algunos legisladores y otras autoridades han emitido advertencias sobre los productos, que existen en un mercado mayoritariamente no regulado.
William Chui, presidente de la Sociedad de Farmacéuticos Hospitalarios de Hong Kong, dijo que la prohibición tiene por objeto evitar que «los comerciantes ilegales conviertan el CBD en THC con ácido fuerte en casa».
Investigación y política
Algunos estudios han indicado que el CBD ayuda con la ansiedad, el insomnio y el dolor crónico. Un producto de CBD de grado farmacéutico aprobado por la FDA, Epidiolex, ha demostrado su eficacia en el tratamiento de dos formas de epilepsia infantil. Pero autoridades como la Escuela de Medicina de Harvard han dicho que se necesita más investigación sobre los beneficios del CBD.
La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) afirmó el mes pasado que no puede establecer regulaciones para el CBD sin una guía legislativa, y pidió al Congreso que haga una ley que guíe las reglas federales específicas. La agencia de seguridad alimentaria también ha dicho que es necesario realizar más investigaciones para evaluar los efectos del CBD.
En la UE, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJCE) ha dictaminado que el CBD no puede considerarse un narcótico y que los productos de CBD deben disfrutar de la misma libertad de movimiento de mercancías entre los estados miembros que otros productos legales. La CE aclaró además que el CBD “puede calificarse como alimento”. Los estados miembros de la UE están ahora en el proceso de alinear las leyes nacionales con la política de la CE.
Mercados de exportación en la mira
El gobierno de Hong Kong dijo que recolectó alrededor de 80,000 productos de CBD (productos para el cuidado de la piel, aceites comestibles y suplementos para la salud) en cajas de eliminación especiales antes de que la prohibición entrara en vigor.
Los productores de Hong Kong han dicho que buscarán vender sus productos en mercados como Australia y Nueva Zelanda, y buscarán otras oportunidades en Asia-Pacífico. Eso es lo que han hecho las empresas chinas que producen CBD, ya que han empujado agresivamente a otras naciones asiáticas. A pesar de que no hay ventas en el país, se estima que China suministra hasta un tercio del CBD del mundo.